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Piel sensible: qué es y cómo reconocerla

La piel sensible no es un tipo de piel, sino que es un estado caracterizado por una sensación de malestar. Puede presentarse en pieles normales, mixtas, secas o grasas, en cualquier momento de la vida.

¿Por qué surge la piel sensible?

Puede originarse por múltiples factores, y se presenta por un debilitamiento en la función de barrera, donde la piel se encuentra en un estado permeable a las agresiones externas. 

Estos factores que hacen que nuestra piel reaccione pueden surgir de condiciones internas, como estrés o patologías como la rosácea, o de condiciones externas, como la exposición a cambios de temperatura agresivos o la utilización de químicos irritantes.

¿Cómo saber si tengo piel sensible?

La piel sensible puede reconocerse a través de sus síntomas visibles y no visibles:

  • Síntomas visibles: enrojecimiento, irritación, sequedad
  • Síntomas que no son perceptibles a simple vista, pero sí generan molestias, como picazón, ardor, sensación de pinchazo o tirantez. 

Aunque sus síntomas son muy característicos, es necesario realizar una consulta con el dermatólogo para identificar la piel sensible, su origen y su forma de tratamiento y prevención.

En esta condición, hablamos de que la prevención es un tipo de tratamiento, ya que identificando su origen y sus desencadenantes, podemos brindarle a la piel lo que necesita para estar saludable, prevenir los brotes y minimizar sus causas y estímulos. 

Además de incorporar productos específicos para las necesidades de nuestra piel, como la línea Proavenal, especialmente formulada para pieles sensibles y atópicas, también podemos incorporar ciertos hábitos a la rutina diaria. Te invitamos a leerlos acá.